En el congelador hay increíbles estatuas de hielo.
No respiran y sólo esperan.
No respiran y sólo esperan.
Yo creí que si hacía algo drástico la vida resucitaría,
que alguien echaría de menos mi risa.
Pero no.
Esperaremos.
Al final, como todos los años, hasta el invierno ártico termina.
Tarde o temprano tendremos que salir a coger aire.
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